Homilia Dominical

Domingo 5 de Marzo del 2023

Jesús se encontraba con tres de sus discípulos Pedro, Juan y Santiago. Estos tres, son los mismos discípulos que luego se encontraran junto a Jesús acompañándolo en el Monte de los Olivos en la extrema angustia de Jesús, pero aquí se contrasta con la alegría y el gozo de la transfiguración. Jesús elige la montaña como el lugar preferido para orar, al igual que lo hace con el "Sermón de la Montaña", y en tantos otros momentos. La montaña es signo de la mayor cercanía de Dios, lugar propicio para el encuentro y la oración.

Dice el evangelista que Jesús se transfiguró delante de ellos y su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas. Al hablar con su Padre, su luz resplandece y hace brillar cuanto lo rodea.

Los discípulos lograron ver a dos hombres que hablaban con Jesús, y distinguieron que se trataba de Moisés y de Elías que se convierten ellos mismos en figuras y testimonios de la pasión que se transformara en luz, en libertad, y en alegría.

Los discípulos al contemplar este acontecimiento estaban impregnados por la grandiosidad de la aparición, y por el temor que esta situación les generaba. Es Pedro una vez más quien toma la palabra y manifiesta lo bien que se sienten de estar allí, y propone construir tres tiendas, una para Jesús, otra para Moisés, y la otra para Elías.

Mientras hablaban una nube los cubría con su sombra. Según el Antiguo Testamento, la "nube" acompañaba muchas veces las apariciones de Dios y representaba su majestad y su poder. Desde esta nube se escuchó la voz de Dios que dijo "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.». Aquí se repite la escena del bautismo de Jesús, cuando el Padre mismo proclama desde la nube a Jesús como Hijo: "Tu eres mi Hijo amado, mi preferido". A esta proclamación se añade ahora el imperativo "escúchenlo".